lunes, 4 de octubre de 2010

Persiste una injusta campaña de desprestigio contra el pulque


Intereses ecónomicos han difundido que es una bebida antihigiénica; pero los españoles le pusieron ese nombre porque deriva de pulcro



Conocedores profundos de la enorme importancia cultural, histórica, social y económica de la planta del maguey –árbol de las maravillas, le llamaron los cronistas coloniales por sus muy diversos usos y derivados– y de uno de sus más preciados productos, el pulque, los investigadores y promotores culturales Cristina Barros y Marco Buenrostro reafirmaron que hay una embestida contra lo mexicano; desde hace décadas se ha montado una injusta campaña de desprestigio contra la blanca bebida.

Pero también agregaron: No nos conocemos como mexicanos, no conocemos nuestros valores. Insistimos en que la gran mayoría de los mexicanos somos mestizos. Y así es, pero con profunda raíz cultural indígena.

Por ejemplo, en el desprestigio contra el pulque como bebida antihigiénica han colaborado fuertes intereses económicos y errores de las autoridades, aunque también la desinformación de los mexicanos. La paradoja es que los españoles le pusieron a esa bebida blanca pulque, palabra derivada de pulcro, delicado y aseado.

Esencial en la vida cotidiana

Durante dos amplias conferencias en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, los especialistas dijeron que nos han cambiado la cerveza por el pulque, y aunque la primera también es sabrosa y buena para el estómago, el segundo tiene más cualidades nutricionales y una historia profunda y ancestral, que se remonta al origen de lo que somos como cultura.

En la época prehispánica, abundaron, el octli o pulque era una bebida sagrada utilizada en ceremonias de gran trascendencia. En la Colonia, el siglo XIX y parte del XX, el pulque era parte esencial de la vida cotidiana. Se decía ir al pulque, y era como decir ir a las tortillas.

Buenrostro y Barros hablaron el mediodía del sábado en un ciclo de conferencias, parte de la exposición El maguey, símbolo de identidad nacional, que desde el 14 de septiembre y hasta el 9 de enero se presenta en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.

La sola imagen del maguey, su grandeza y su generosidad, debió influir sin duda para que nuestros antepasados, los antiguos mexicanos, la veneraran como a una de las plantas sagradas, dijeron.

Ambos hicieron un amplio recorrido por las diversas temáticas del maguey (Buenrostro) y del pulque (Barros): ritualidad, historia, diversidad biológica, designación diversa en lenguas indígenas y regiones del país, usos gastronómicos, domésticos (hasta para techos y leña), industriales, medicinales, aspectos económicos y como patrimonios culturales que deben reivindicarse.

Los mexicanos, expusieron Cristina Barros y Marco Buenrostro, debemos conocer lo propio para sentirnos orgullosos de ello, valorarlo, protegerlo y difundirlo con el fin de que no se pierda, y así se esfume también la identidad que nos distingue en el mundo.


Arturo Jiménez

Periódico La Jornada
Lunes 4 de octubre de 2010

domingo, 19 de septiembre de 2010

EL MAGUEY, EL PULQUE Y LA LEYENDA

CARLOS MONTEMAYOR
Jueves 24 de febrero de 2005

La planta del maguey, particularmente la del agave atrovirens, sorprendió a los primeros españoles que llegaron a los territorios de Nueva España. El jesuita Joseph de Acosta publicó en 1590 la Historia Moral y Natural de las Indias; en el capítulo 23 del libro IV recogió las opiniones que sobre el maguey expresaban los ''chapetones", o sea, los españoles recién llegados a nuestras tierras. Entre los muchos productos señalados como aportaciones del maguey a nuestros antiguos pueblos, se hallaba el ''arrope", voz de origen árabe que designaba el mosto o jarabe de frutas, incluso el almíbar:

El árbol de maravillas es el maguey, de que los nuevos o chapetones... suelen escribir milagros, de que da agua y vino, y aceite y vinagre, y miel, y arrope e hilo, y aguja, y otras cien cosas. Es un árbol que en la Nueva España estiman mucho los indios, y de ordinario tienen en su habitación alguno o algunos de este género para ayudar a su vida, y en los campos se da y lo cultivan. Tiene unas hojas anchas y groseras, y el cabo de ellas es una punta aguda y recia, que sirve para prender o asir como alfileres, o para coser, y ésta es la aguja, sacan de la hoja cierta hebra e hilo. El tronco, que es grueso, cuando está tierno le cortan y queda una concavidad grande, donde sube la sustancia de la raíz, y es un licor que se bebe como agua, y es fresco y dulce; este mismo, cocido, se hace como vino, y dejándolo acedar se vuelve vinagre; y apurándolo más al fuego es como miel; y a medio cocer, sirve de arrope, y es de buen sabor y sano; y a mi parecer es mejor que arrope de uvas. Así van cociendo estas otras diferencias de aquel jugo o licor, el cual se da en mucha cuantidad, porque por algún tiempo cada día sacan algunas azumbres de ello.
La palabra maguey es de origen taíno. En náhuatl es metl, nombre vinculado con la voz mayauetl o mayahuel, divinidad femenina asociada con la planta misma y con la embriaguez. Una tradición la relaciona con Quetzalcóatl: el dios le pide que lo acompañe al mundo y al estar en la tierra ambos se convierten en un árbol de dos ramas, lo que sugiere una fusión plena de las dos divinidades. La abuela de Mayahuel llegó al lugar con las tzitzimime, entidades temibles de los aires. Se acercaron al árbol, cortaron la rama que correspondía precisamente a Mayahuel y la comieron. Cuando Quetzalcóatl recobró su forma, recogió los restos de Mayahuetly los enterró: de ellos surgió el metl, el maguey. Sahagún refiere una versión más: Mayahuel es el nombre de la primera mujer que perforó los magueyes para extraer el aguamiel, base del pulque. Alva Ixtlixóchitl agrega otra: a Quetzalcóatl se le conoció como Ce Acatl Topiltzin, último rey de Tula; en esta versión es hijo de Tecpancaltzin, cuya mujer fue Xóchitl, considerada también la descubridora del pulque.
Que una figura tan relevante como el dios Quetzalcóatl estuviera en la antigüedad ligado en varios sentidos al maguey, a las divinidades femeninas relacionadas con la planta y al consumo del pulque, revela el largo periplo del agave atrovirens en las culturas mesoamericanas. Sahagún consignó la tradición según la cual Quetzalcóatl reinaba sabiamente en Tula, practicando penitencias mediante la punción de ciertas regiones de su cuerpo con púas de maguey. Otros sacerdotes y dioses llegaron a Tula y lograron embriagarlo con pulque, para así desterrarlo. Francisco Javier Clavijero refiere que el reinado de Quetzalcóatl en Tula concluyó porque Tezcaltipoca lo embriagó con pulque. En los Anales de Cuauhtitlán, los ''demonios" que atacan a Quetzalcóatl cuando reinaba en Tula, fueron Tezcaltipoca, Ihuimécatl y Toltécatl. El tercer engaño al que lo sometieron fue un banquete donde bebió cinco vasijas de pulque. Ya embriagado, lo persuadieron a que invitara a su hermana, Quetzalpétatl, dedicada como él a la penitencia. Ella habitaba en el cerro de Nonohualca y acudió a la invitación; confiada por hallarse junto a su hermano, se embriagó también con cinco jícaras del mismo licor.
El consumo del pulque formó parte de rituales y ceremonias muy extendidas en nuestros antiguos pueblos que se vinculaban con otros órdenes sagrados como el juego de pelota y las ceremonias de curación. La voz pulqueproviene del náhuatl poliuhqui, ''descompuesto", ''echado a perder", pero en náhuatl se le sigue llamando octli, nombre genérico para ''vino" o bebida embriagante. A menudo se le llama con las voces neutle o neutli, derivados del náhuatl necuhtli, ''miel". En ocasiones se le ha designado con otra voz náhuatl: tlachique, sustantivo plural que se aplicaba a oficiales encargados de raspar el maguey y preparar el pulque que se ofrecía durante las ceremonias religiosas; como tales oficiales eran nobles o grandes personajes, a menudo se les llamaba tecutlachique. El diccionario de la lengua náhuatl de Rémi Simeón registra la voz tlachiquilizpan como el ''tiempo", ''estación" o ''época del año" en que se extrae el aguamiel y, asimismo, enlista la voz tlachiquiliztlicomo ''raedura", ''acción de rascar" una cosa.
Un relato del arqueólogo César Lizardi Ramos sobre las excavaciones que dirigió en Huapalcalco, Hidalgo, da cuenta que en el territorio que ahora es Tulancingo se perforaba y raspaba el maguey productor de pulque, elagave atrovirens, desde el siglo quinto antes de nuestra era. Veamos el relato completo:
''Al excavar los rectángulos del suelo más cercanos al lado poniente del Ruedo del Charro, en capas del Preclásico superior, se halló un utensilio de obsidiana que -lo digo con rubor y remordimiento-, estuvo a punto de perderse, ya que al preguntarme el peón que hacía la excavación, bajo mi vigilancia más esmerada, si guardaba el objeto en la bolsa de recolección, para entonces harto henchida, le contesté ''no" e hice señas para que lo arrojara lejos. El peón obedeció pero en ese punto pensé que había yo procedido atolondradamente y di contraorden: ''tráelo acá". El trabajador salió del hoyo excavado, recogió el objeto y me lo dio. Era un utensilio, Ƒpara cuál uso? El trabajador me lo explicó: era un raspador de maguey. Sus palabras me agitaron: Ƒcómo sabía él que aquello era un raspador de maguey? Y si acertaba, Ƒno indicaba el hallazgo que se beneficiaba el maguey en el Preclásico Superior, es decir, hacia el siglo V antes de la Era? Y si se beneficiaba el maguey y se extraía el aguamiel, Ƒno era ello indicio de que preparaban una bebida parecida, o igual a la que hoy llamamos pulque y que los aztecas llamaban octli?
También podía probarse, o por lo menos insinuarse fundándose en hechos elocuentes, que dicho beneficio era desde entonces muy semejante a como es hoy en día, y que el maguey después de una vida fecunda, durante la cual suministraba al hombre una bebida exquisita y alimenticia, materiales de construcción, medicina y demás, termina finalmente como combustible. En los yacimientos arqueológicos los hemos excavado o por lo menos reconocido, encontramos esas piezas de obsidiana y otros minerales, que los arqueólogos llaman raspadores terminales, junto a cenizas blancas de magueyes antiguos, entre los cuales no es raro el hallar púas de la providente planta.
Y el contemplar esta similitud entre el tlachiquero de hoy y el labriego de hace veinticinco siglos, o más, nos invade una admiración muy honda por este fenómeno de persistencia de costumbres que nos sugiere el juego poderoso de una voluntad de vivir ineluctable, irresistible..."
He mencionado ya la relación del pulque con un elemento esencial de estas viejas culturas: el juego de pelota. Hace tiempo comenté a los lectores de La Jornada que un bajorrelieve del Tajín muestra a un jugador sacrificado pidiendo a las divinidades del inframundo que llene de pulque un amplio recipiente: es un enviado de los seres humanos para suplicar por la abundancia de aguamiel y pulque, por la prodigalidad del maguey, por su protección y cuidado. Las caritas del Tajín llamadas sonrientes, caracterizadas por la irrefrenable risa, acaso representan la alegría primera que la embriaguez del pulque produce. Esa sonrisa sería otra aportación del maguey en la cultura mesoamericana.

domingo, 8 de agosto de 2010

Reconocimiento a Don Nabor por mantener viva la tradición pulquera

Hace más de 60 años en el DF había más de 2 mil expendios; hoy, sólo unos 80, se lamenta

A los 12 años se inició en el oficio, lavando vasos en Mi oficina; hoy es dueño de las pulquerías La risa y El recreo

El acto, dentro de las actividades de la revista Generación dedicada a la bebida

Don Nabor ha trabajado en pulquerías desde que tenía 12 años, cuando comenzó lavando vasos en Mi oficina. Hoy, a sus 78, es dueño de la emblemática La risa, considerado, junto con otros tres, el primer establecimiento de pulques de la ciudad.

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miércoles, 21 de julio de 2010

miércoles, 23 de junio de 2010

EL PULQUE: SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN

Pilar Uriona Crespo*


Adentrarse en los caminos del pulque requiere cierta ritualidad. En mi caso, conocer la historia de esta bebida tradicional mexicana, tan preciada en la Sierra del Tigre, ha asumido un matiz casi hermético.

En la semipenumbra de un café turístico pero impregnado de elementos propios de nuestra identidad cultural -diversa, conflictiva, en permanente reconstrucción- abro mis sentidos a la narración de Pablo Uc, mi compañero de plática.

“Transmutando la decadencia en maravilla”: esa es la frase que guiará mis preguntas, y que constituye el subtitulo del libro que Pablo, en un acto de gratuidad, ha puesto en mis manos días antes para compartir conmigo el fruto de una construcción colectiva, cristalizada en el proyecto Pulquimia, del cual se considera “un socio moral”.

La combinación de contenidos históricos, hilvanados al origen mítico de la bebida, así como la presentación de testimonios orales -voces vivas- que, en unos casos, dan fe del carácter vital que la misma posee en la cotidianidad de quienes la consumen y, en otros, otorgan la sensación de que se está ante la transmisión de un secreto, hacen del libro algo excepcional.

Sin embargo, la conjunción de palabras que da nombre al texto -pulque y alquimia-, me empuja a intentar un ejercicio simbólico: probar a imaginar, a través del relato que escucho, cuáles son las sensaciones, como respuesta de los sentidos, que terminan transformando el acto de beber el jugo de maguey en un acto de ensoñación compartida. Construir este terreno común de sensaciones, donde se recuperan los sentidos populares que definen al pulque como un emblema de resistencia cultural, como un elemento transformador de los humores y que asigna un carácter particular a quien lo bebe termina colocándome en el espacio de la percepción.

Desde el mismo, alcanzo a intuir que una historia bien contada, sazonada con la franqueza y la emotividad simple pero profunda de quien se niega a olvidar sus tradiciones constituye a la vez un culto y una plegaria.

Así descubro que las palabras también son elementos capaces de transmutar el espíritu, de ennoblecerlo, de tornarlo receptivo, de involucrarnos en actos comprometidos que terminan consolidando una nueva forma de activismo social, aquel que asume como reto la consolidación de una memoria identitaria fundada en pequeños ritos diarios que generan comunión.


* Columnista e investigadora boliviana. Miembro del colectivo Samke Sawury
Diario La Nación, Bolivia

domingo, 23 de mayo de 2010

Presentación del Libro Pulquimia en Los Ariles - Crónica



Reunidos bajo las sombras suaves del gigantezco vivero del Centro Cultural Los Ariles, Pulquimia llegó a respirar y a escuchar los rumores que desata el pulque en las tierras tonaltecas de Jalisco.
Tras una calurosa recepción por parte de los coordinadores del proyecto Los Ariles, en que cada sábado se dan cita pintores, poetas, promotores culturales y aficionados a los gustos de la rica cocina de este lugar, nos instalamos para dar inicio a la trecera presentación del Libro Pulquimia: transmutando la decadencia en maravilla, en Jalisco.
La llegada de este proyecto a Tonalá, fue bien recibida por un público que aunque modesto, se entregó a las historias, anécdotas y explicaciones que contiene el libro, y otras metas y objetivos que se propone el Colectivo Pulquimia.
Tras la apertura del evento con la bella voz de Leiden Gomiz y la guitarra de David Aguilar, Pablo Uc dio la lectura a una de las historias vivas de la Sierra del Tigre que aparece en el libro. En seguida Álvaro Cruz explicó los contenidos del libro y dio un breve contexto histórico de la bebida y tradición del pulque. Después Jacinto Preciado le contó a los visitantes importantes detalles respecto a la producción del pulque, los orígenes de Pulquimia y los esfuerzos, retos y deseos permanentes del proyecto de la Pulkata!!!
Las personas se mostraron alegres e interesadas por saber qué ocurrirá con el pulque, de qué forma nos vinculamos con los prouctores, cuánto interés existe en que se reactive un proyecto de producción más intensivo en el campor, etc...
Ante esto, corroboramos que el porvenir del pulque sigue en construcción permenente y depende de todos. La presentación se acompañó por la galería de Pablito, quién expuso varios cuadros de su de pintura sobre el Pulque, el Maguey y las Pulquerías. También Miguel, así sin apellidos, leyó con prudencia y precisión varios poemas de su calendario pulquero, mientras respiraban nuestros amigos músicos que deleitaron al público con nuevas e inéditas composiciones...
Los tacos y los puqluitos no se hicieron esperar y en todo caso sobraron sillas que siempre esperan a que estén por estas tierras los demás camaradas del Colectivo Pulquimia, que en esta ocasión no puedieron estar.

Pablo UC

viernes, 21 de mayo de 2010

Presentación del Libro Pulquimia en TONALÁ


Queridos amig@s seguidores de las caricias pulqueras...
Los invitamos a la presentación del Libro: "Pulquimia: transmutando la decadencia en maravilla", que se llevará a cabo el próximo sábado 22 de mayo, en
"Los Ariles" - Juárez #309, TONALA, Centro

Los detalles de todo el evento en el cartel adjunto.
Los esperamos para respirar aire puro tonalteca y beber unos ricos pulques dotados de historia, cultura, relatos, y sorpresas gastronómicas.

Colectivo Pulquimia

miércoles, 12 de mayo de 2010

Canciones del Menú en la PULKATA!!!


Estimados amig@s... les invitamos para el siguiente sábado 15 a festejar en la Pulkata el día de la maestra Mayahuel y el maestro pulque.
A partir de las 17 horas habrá recetas exclusivas de la Sierra del Tigre basadas en el buen uso del Pulque y el Maguey. Más tarde, a las 20 hrs. habrá un recital de música popular preparado por Gabriel de Dios, como parte de un proyecto de música a petición: Canciones del Menú, música popular de primera para las fondas de Guadalajara!!!

Los esperamos en la Pulkata!!!

viernes, 9 de abril de 2010

LA CULTURA DEL PULQUE

Al definir la Cultura como el conjunto de acciones propias y particulares diarias de una región o grupo social, podemos intuir que la Gastronomía es Cultura.

Tanto la cultura como la sociedad son dinámicas y se mueve a través de una retroalimentación en espiral individuo-sociedad, los patrones de comportamiento individuales dan forma al comportamiento de una sociedad así como la cultura de una sociedad perméa e influye dentro de la concepción cultural de los individuos sociales.

La cultura del pulque cambio radicalmente con el paso del tiempo, antes de la conquista española, era una bebida reservada para las sacerdotes, los reyes, mujeres embarazadas y ancianos mayores de 52 años, lo cual le daba el carácter de aristocrático, aunque después su uso se popularizo y era consumido por la población en general.

En la colonia al comenzar la importación de vinos y licores y pulque y el mezcal empezaron a ser perseguidos, esto no paro su consumo, no obstante de las intenciones de hacerlo para beneficiar la importación española, en 1664 se creo un impuesto que le generaba a la corona generosas suma dicho impuesto se vio ejercido por una garita de control donde se fiscalizaba el pulque entrante a la Ciudad de México.

Durante la conquista y hasta la revolución era la bebida nacional, la que le faltaba un grado para ser carne. Aunque su producción fue dirigida por la “aristocracia pulquera” que se concentraban en el factor económico quienes explotaban a los peones con largas jornadas y dejaban de lado todas las implicaciones históricas-culturales que tiene.

Durante la época del Porfiriato, Nuestro “insigne” dictador decidió modificar la cara de nuestra nación maquillándola y vistiéndola de europea, así que había que ocultar todos los rasgos culturales indígenas que dan forma a México.

Con ello, se genera un racismo contra el indígena y su cultura y con su-nuestra gastronomía, el pulque, uno de los afectados, dicha política generó paradigmas que persisten hasta nuestros días, y palabras como indio o indígena son usadas de forma despectiva.
¿Pulqueee? ¡Que Asqueroso! Que si lo he probado, no claro que no para nada.

En los diarios de esa época había anuncios de cerveza al lado de una columna titulada “Tragedias de Pulquería”, que alardeaba sobre los crímenes y tragedias ocurridas en ellas.

Hoy en día se continúan cerrando pulquerías en el Distrito Federal tras una reforma “sanitaria y regulatoria” donde entre otras cosas se les exigía cajones de estacionamiento, además de un cobro mayor de impuestos que con los bajos ingresos de una pulquería las estrangularon hasta el cierre a varias pulquerías de ellas.

Cada país defiende su cultura como rasgos genotípicos y exaltan sus valores particulares y gastronómicos, así como Champagne se le dice solo al vino producido en la región de Champagne, Francia, Escocia se enorgullece de su Whiskey, Alemania de su cerveza, Rusia de su vodka, por citar solo algunos ejemplos.

México defiende su Tequila, es verdad, sin embargo el pulque es una bebida mas antigua que tiene una cosmovisión, mitos, leyendas e incluso un dialecto propio que ha prevalecido como un rasgo cultural propio de nuestro país desde hace mas de 600 años.

Mayahuel, Los Cuatrocientos Conejos, El Tepozteco, Papatzin, Quetzalcoatl no son productos comerciales sino parte de nuestra historia.

Los españoles se sorprendieron al ver los diferentes usos que se le daban al “Árbol de las maravillas” o maguey, Ya que se usaba para construir tejas, afianzador de tierras en área de cultivo, en la fabricación de escobas, cepillos, combustible, pegamento, papel, para el consumo personal y animal, para usos religiosos con las púas, en la confección de vestidos además de su uso medicinal como analgésico, desinflamante y cicatrizante. El maguey junto con el maíz y el frijol eran la piedra angular de la cultura prehispánica.

Así como la cultura de una sociedad se permeó de manera negativa en contra del pulque El sueño radica en que la cultura individual se trasmita a la cultura de una sociedad y se desmitifique el consumo del pulque, y este pueda acompañarnos a la mesa sin descalificativo ni prejuicio alguno, para que se le valore como lo que es, ¡una maravilla en decandecia!

Itzmalín Arturo

lunes, 1 de marzo de 2010

Tlachiquero, entre el olvido y la memoria

“Aquel que tiene un porqué para
vivir, puede enfrentar todos los
cómos”
F. Nietzsche



La pregunta directriz que problematiza este artículo de opinión, va ligada a uno de los eslabones primordiales de la cultura y proceso del pulque, que es la siguiente: ¿cuál es el futuro que le depara al tlachiquero?
La historia es nuestro referente fiel, y en el pasado nos muestra en un sin número de referencias bibliográficas, historias vivas y demás, la etapa en la que el habito, el culto, el oficio de atender y entender el maguey eran de suma importancia, no sólo en lo que significaba como enriquecimiento del propio ser humano y la sociedad, sino también en la cuestión económica -que es sin dudas fundamental- ya que se contaba con un mercado más extenso tanto en el centro del país como en lo que corresponde al occidente, en la Sierra del Tigre de Jalisco, todo esto sin dejar de lado la constante lucha en diferentes frentes contra los que descalificaban la bebida.
Es aquí en este sitio, en este momento, donde cabe preguntarse por las condiciones en las que se encuentran los tlachiqueros, que se pueden describir de la siguiente forma[1]-esto en base a las experiencias de campo en las que me he visto involucrado-: los Dones del pulque, esos que todavía toman el riesgo y el compromiso de la raspa, riesgo por la quizá cada vez menor comercialización y retribución que se obtiene del octli, en esta “realidad” compleja, alejada de romanticismos y proyectos que se quedan por alguna u otra forma en la ciudad y no logran llegar hasta la Sierra, y el compromiso, de ellos, por la herencia que significa mantener viva la planta y todos sus derivados, y en varios casos viene a ser la única fuente de ingresos de la familia. Por otro lado, existe un des-compromiso o des-prendimiento de la continuación por parte de los hijos de raspar, debido a otras ofertas de trabajo más asequibles. Estos Dones, representan sin duda “la resistencia al olvido” en un ambiente desfavorable que se puede extender a los campesinos en su totalidad.
La situación que se atraviesa es crítica, para ejemplificar esto, parafraseo una charla que tuve hace ya un buen tiempo con Luis “el convertido”[2], quien dejo la perla tapatía para ir hasta el fondo de la Sierra e insertarse en la producción del pulque, ya luego de varios meses, me comentó, que la situación allá no era alentadora, que casi no se vendía y que se estaba muriendo de hambre, y tuvo que regresarse a la ciudad[3]. Este comentario evidencia las condiciones en que se encuentra el tlachiquero, las cuales no las podemos dejar en segundo plano o hacernos de la vista gorda, sino más bien abordar esta problemática de manera más crítica e integral y con resultados tangibles, claro está que no podemos solucionar de golpe o a la brevedad todo esto, sino que se requiere toda una serie de procesos que tienen que ver con diferentes rubros y cambios en la sociedad.
Por último, también me pregunto ¿cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a dejar la ciudad para trabajar el maguey en la Sierra? No se tome todo esto como un pesimismo exacerbado, sino como la descripción y reflexión de lo que pasa con los Tlachiqueros, igualmente todo esto surge desde la preocupación del futuro de la planta y el compromiso que se puede reflejar a través de diferentes esfuerzos, pero que todavía no alcanza la Sierra como se quisiera.

dANIEL


[1] Tómese todo esto como una provocación y un trago de pulque curado de realidad.
[2] Protagonista del relato que lleva el mismo nombre en el libro de Pulquimia.
[3] no sé si ya volvió a la Sierra.

lunes, 15 de febrero de 2010

Exposicißon de Merle en la Pulkata


Expo de Pintura en la pulkata para el viernes 19 de febrero a partir de las 19 horas, habrá brindis pulquero.

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Pulquimia

"Agua de las verdes matas, tu me tumbas, tu me matas, tu me haces andar a gatas"

Reglamento Gustitucional

Envíado por Itzmalin

sábado, 6 de febrero de 2010

El pulque enlatado: ¿evolución o involución del pulque?

El interés por obtener la fórmula para que el pulque se conserve más tiempo no es algo nuevo. Ya desde la época en la que el pulque era una industria (y tenía sus magnates como Ignacio Torres Adalid) se buscaba con fervor la manera de comercializarlo a gran escala para poder exportarlo a otros lugares del país y del mundo. Dentro de esa búsqueda estaba, también, la de encontrar a quienes pudieran descubrir la fórmula para llevar a cabo tan deseada meta. Sin embargo, no fue ese el destino del pulque, por lo menos en esa época, y después de haber sido engañado por un charlatán Torres Adalid murió (casi a la par del quiebre de la industria pulquera) sin haber visto cristalizado su deseo.

Actualmente, empresas como Pulque La Lucha en Texas y Pulque Hacienda 1881 en Tlaxcala, han hecho esfuerzos por producir y exportar pulque enlatado a diversos países del mundo, sobre todo a Estados Unidos, esfuerzos sumamente aplaudibles y admirables en un país que apoya poco a las pequeñas empresas y más aún, si tienen que ver con un tema que no entra dentro de la “agenda de prioridades”. Sumamente interesante sería conocer más acerca de ellas, cómo están organizadas, si se trabaja colectiva y justamente, es decir, si a los tlachiqueros y/ o trabajadores de estas empresas se les paga lo justo por el producto y por su trabajo.

Yo no demerito este esfuerzo, al contrario, me llama la atención y creo que es importante por el hecho de que en tierras de países lejanos al nuestro, el maguey pulquero no es parte de la biodiversidad y por ende, la producción de pulque no existe. En ese sentido, la producción y exportación de pulque enlatado se convierte en una opción para quienes no tienen la oportunidad de conseguir pulque casi “salidito del maguey”. Por supuesto que aquí se abre el debate acerca de qué tan cercano sea el sabor, la consistencia y las propiedades nutrimentales del pulque enlatado al pulque “vivo” que se bebe en los pueblos, incluso en las ciudades, pero justo para eso, para el debate, se escribe este artículo.

Pese a que no “satanizo” el pulque enlatado, eso no significa que prefiera un pulque en esta presentación a uno natural. Personalmente estoy a favor del pulque vivo, natural, ese que no pierde sus propiedades nutrimentales (el ácido fólico, las proteínas, el hierro, las vitaminas B1 y B2, C, el complejo B, el calcio, el fosforo y los carbohidratos) [i]y las cuales le dan, según mi opinión, una de las cualidades más importantes a esta bebida tan nuestra. Creo en la tierra, en el maguey y por ende en el pulque; creo firmemente que si tenemos la oportunidad de dar a conocer a las personas el pulque sin procesos químicos porque vivimos en una región en la que se da, no tenemos mucho que hacer con el pulque enlatado.

La pregunta es, ¿enlatar el pulque y exportarlo será la forma de reivindicarlo y evitar su extinción? Yo, por lo menos, creo en otras soluciones, aunque menciono nuevamente, no demerito ésta. Es importante crear conciencia, no sólo en la población que lo tiene olvidado o mitificado con esa antigua, absurda y falsa creencia de que el pulque se fermenta con excremento de humano y/o animal, sino también en los burócratas que se encargan de dar apoyo a la difusión de los elementos de la cultura mexicana. Es importante reconocer al pulque como una bebida importante no sólo por sus antecedentes históricos sino por su presente mismo y por lo que cultural y humanamente conlleva. El pulque sigue siendo parte importante de la vida y la dieta de varias comunidades del altiplano central y del occidente (Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Jalisco son un ejemplo). En varias comunidades indígenas hñahñús existen aún rituales a la bebida y forma parte de las fiestas religiosas. El maguey pulquero, raíz y razón del octli, es una planta viva, fuerte, que sigue formando parte no sólo del paisaje de nuestro país sino de la vida misma de varias personas, a quienes les da leña, techo y, en algunos lugares, medicina. [ii]

Es importante también retomar las prioridades y que cada quien, pulqueros y pulqueras, luchen desde su trinchera por lo que les interesa. Me parece importante que al comercializar el pulque no se dejen a un lado los elementos culturales que giran en torno a él, sus propiedades nutrimentales y que no se convierta sólo en un producto mercantil dejando de lado la convivencia, las risas, las miradas, los versos, la música, la colectividad y la hermandad que se vive al beber pulque en una pulquería así como la tradición antiquísima y artesanal de la producción de la bebida y todo lo que ello conlleva en la dinámica de las familias que producen y beben pulque desde hace años.

Y volviendo al trabajo desde la trinchera de cada quien, interesado en enlatar el pulque o en venderlo naturalmente y sin procesos químicos, creo que de lo que se trata es de seguir difundiendo y promoviendo todo lo que gira en torno a él para poder hacer un trabajo conjunto: el de crear conciencia de la importancia de la bebida y lograr, mediante esta, que el pulque siga existiendo, que se siga bebiendo y formando parte de la cultura mexicana.

A nombre propio y como portavoz en este primer artículo del Colectivo Pulquimia, confirmamos que creemos en el pulque extraído directamente de la tierra, del metl, que es por él por el que seguiremos trabajando para difundirlo, porque gustamos y amamos no sólo de su sabor así, naturalito, sino de todo lo que su producción y sus contextos conllevan, porque hemos estado en la Sierra del Tigre, en Hidalgo, en Guanajuato, en Puebla,en Tlaxcala, con los tlachiqueros y sus familias, porque hemos estado en pulquerías con amigos que recién conocimos pero que se vuelven entrañables, compartiendo una cubeta de pulque y unas buenas canciones. Creemos, pues, en que el pulque sin enlatar puede pasar esta etapa de desinterés de los demás y que puede seguir siendo parte importante de la cultura mexicana. Y sobre todo, creemos en la pulquimia para “transmutar la decadencia en maravilla”

Alejandra Velasco
México DF, 6 de febrero del 2010.


________________________________________
[i][i]Patricia Fournier García, “Los hñahñu del Valle del Mezquital: Maguey, Pulque y Alfarería.”, Departamento de publicaciones de la ENAH, 2007.

[ii] En Concepción de Buenos Aires, Don Pedro Contreras, ex tlachiquero, se dedica a exprimir la savia de las pencas del maguey para obtener el líquido y crear una sustancia que, asegura, sirve para curar cualquier llaga interna del cuerpo